BUENOS AIRES.- La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, cuestionó la denominada Ley Antiterrorista que el Congreso argentino aprobó la semana pasada al considerar que en el país "no hay terrorismo".
"La preocupación es porque en la Argentina no hay terrorismo. Hubo un atentado a la AMIA (en 1994) y a la embajada de Israel (en 1992), producto de injerencias externas, no de argentinos, y si argentinos colaboraron, son mercenarios, pero no hay una red de la que uno tenga que preocuparse", enfatizó.
Explicó que confía en el actual gobierno de la presidenta, Cristina Fernández, pero que no tiene certezas respecto de sus sucesores en la Casa Rosada.
"Nuestra preocupación es que con este Gobierno tenemos la garantía de que no van a ser reprimidas las manifestaciones sociales cuando se demanda un derecho, al trabajo, al aumento de sueldo, lo que se reclama desde tiempo inmemorial, y que no se reprimen aun cuando hay desmanes que no son justificables", dijo Carlotto.
"Pero ¿qué pasará más adelante, con esta ley, con otros gobiernos que interpreten la ley de otra manera o con jueces a los que les va a encantar meter presos a quienes manifiestan pidiendo derechos? Esa fue una preocupación", indicó.
Aconsejó a los medios de comunicación "moderar" el tratamiento que les otorgan a las informaciones policiales: "la repetición de los hechos delictivos casi dan lecciones de cómo poder salir a delinquir. Las cosas malas no hay que ocultarlas, pero hay que decirlas una vez", aseguró. (AP)
"La preocupación es porque en la Argentina no hay terrorismo. Hubo un atentado a la AMIA (en 1994) y a la embajada de Israel (en 1992), producto de injerencias externas, no de argentinos, y si argentinos colaboraron, son mercenarios, pero no hay una red de la que uno tenga que preocuparse", enfatizó.
Explicó que confía en el actual gobierno de la presidenta, Cristina Fernández, pero que no tiene certezas respecto de sus sucesores en la Casa Rosada.
"Nuestra preocupación es que con este Gobierno tenemos la garantía de que no van a ser reprimidas las manifestaciones sociales cuando se demanda un derecho, al trabajo, al aumento de sueldo, lo que se reclama desde tiempo inmemorial, y que no se reprimen aun cuando hay desmanes que no son justificables", dijo Carlotto.
"Pero ¿qué pasará más adelante, con esta ley, con otros gobiernos que interpreten la ley de otra manera o con jueces a los que les va a encantar meter presos a quienes manifiestan pidiendo derechos? Esa fue una preocupación", indicó.
Aconsejó a los medios de comunicación "moderar" el tratamiento que les otorgan a las informaciones policiales: "la repetición de los hechos delictivos casi dan lecciones de cómo poder salir a delinquir. Las cosas malas no hay que ocultarlas, pero hay que decirlas una vez", aseguró. (AP)